Alberto Yagüe

Entiendo la fotografía como la capacidad de proyectar sensaciones sobre una imagen estática mediante luces, colores y formas. El retoque perfecto es el que no es perceptible, el que revela una imagen técnicamente inmejorable, respetando su naturalidad y dejando que cuente la misma historia y transmita las mismas emociones que cuando fue fotografiada.

Por eso es tan importante dar un servicio personalizado y conocer de primera mano lo que nuestro cliente quiere tener con la imagen que solicita. Afortunadamente, la fotografía es un arte ambiguo muy poco monótono y como tal hay muchas opciones.

Lo más importante es estar motivado para estar al día y aprender cada día más sobre nuevas técnicas, mejoras en la tecnología, modas... Creo que la clave para poder seguir creciendo es tener una mente despierta y creativa que busque todas las posibilidades sin descartar ninguna opción.