¿Quién es en realidad #MSCHKY, Robert Maschke?

Maschke tomó la decisión de hacer de la fotografía su profesión y se buscó una agencia. Le siguieron sus primeros encargos comerciales. "Enseguida me di cuenta de que, además del proceso creativo de hacer fotos, el trabajo de un fotógrafo comercial a menudo también implica hacer posible la sesión en primer lugar con un presupuesto que suele ser demasiado ajustado. Eso también me venía bien", explica Maschke. Y su entusiasmo por el procesamiento digital de imágenes desde los años 90 también ha dado sus frutos: a día de hoy, siempre se encarga él mismo de la posproducción de sus imágenes.

El negocio iba bien, Maschke tenía ahora buenos clientes y una impresionante colección de equipos fotográficos. Pero artísticamente, se sentía incompleto y sobresaturado por la moda imperante de las fotos brillantes y ultraperfectas de gente.

Para salir de su crisis creativa, Maschke partió con un equipo deliberadamente minimalista consistente en una DSLR y una focal fija de 50 mm y condujo hasta el centro de Colonia con un amigo. Una vez allí, llovía a cántaros y el frustrado Maschke ya estaba de vuelta cuando, siguiendo un impulso, se metió en el aparcamiento más cercano. En aquel momento, Maschke no tenía ni idea de la influencia que tendría esta decisión espontánea. Hoy recuerda: "Entonces fotografié a un amigo en ese aparcamiento de varias plantas en mal estado bajo unas condiciones de iluminación técnicamente límitada. Después de la sesión, no tuve la sensación de haber captado nada especialmente rompedor". Por eso no echó un vistazo a las imágenes resultantes hasta días después, pero enseguida se dio cuenta de que había conseguido hacer unos retratos muy expresivos en el aparcamiento. De ahí sacó dos conclusiones que marcaron su estilo: menos tecnología es más y los lugares oscuros y poco glamurosos le sientan bien, y con el tratamiento de imagen adecuado, se creó algo que Maschke quería continuar. La editorial Galileo Press (ahora Rheinwerk) también se dio cuenta de que había encontrado algo interesante y produjo un primer tutorial en vídeo con Maschke en el garaje de la editorial en 2014.

"Por desgracia, hoy en día las cosas suelen ser diferentes", admite Maschke y explica: "En la actualidad, el streaming es el principal objetivo de muchos músicos. Los álbumes son cada vez menos importantes. En su lugar, los algoritmos de los servicios de streaming quieren estar contentos con el lanzamiento regular de canciones individuales a intervalos cortos". Para las pequeñas miniaturas de los servicios de streaming y las publicaciones en las redes sociales, muchos artistas ya no realizan elaboradas sesiones fotográficas, sino que utilizan su smartphone y, cada vez más, imágenes generadas por inteligencia artificial (IA)."

Maschke tiene una visión mixta del rápido desarrollo de la IA: "El empollón tecnológico que hay en mí está absolutamente fascinado, también lo pruebo e intento estar al día. Las funciones basadas en IA en la edición de imágenes, como las que ofrece Photoshop, facilitan notablemente mi trabajo". También le fascinan las imágenes generadas totalmente por IA. Al mismo tiempo, en una situación de demanda ya de por sí tensa, las imágenes con IA están provocando un nuevo y doloroso desplome de la demanda de fotografía profesional, algo que Maschke también siente.

Por ello, Maschke ha vuelto a centrarse en la fotografía publicitaria clásica. Suele fotografiar campañas para un importante fabricante de electrodomésticos o retratos de empleados y efectos visuales para las medidas de employer branding de grandes empresas. Aquí no se requiere el estilo #MSCHKY, pero sí el talento de Maschke para organizar sesiones y dar a las imágenes exactamente el aspecto que el cliente necesita en la posproducción. "Aquí se requiere veracidad y autenticidad. Se trata de mostrar empleados y situaciones reales. Eso no se puede sustituir con fotos de archivo o imágenes generadas por IA. Por eso también habrá un mercado para la fotografía real en el futuro", asegura Maschke.

Por contradictorios que puedan parecer a primera vista los dos polos de la obra de Maschke una clara firma en estilo, iluminación y postproducción por un lado y fotografía publicitaria orientada a la información por otro hay algo que siempre es indispensable para Maschke: un monitor excelente. Por eso, el ColorEdge CG2700X de EIZO es la pieza central de su equipo de procesamiento de imágenes. "El CG2700X hace exactamente lo que se supone que debe hacer: me muestra mis archivos de imagen exactamente como son.  Puede sonar banal, pero cualquiera que haya trabajado alguna vez estrechamente con la edición de imágenes sabe que esto no es algo natural, sino todo lo contrario", dice Maschke, explicando su elección del monitor, y añade: "Mi ColorEdge funciona tan perfectamente con mi MacBook Pro como con mi estación de trabajo Windows". Maschke conecta rápidamente el MacBook Pro al EIZO a través de USB-C y la señal del monitor se transmite, el MacBook se carga y todos los dispositivos conectados al concentrador USB del monitor se vinculan al MacBook. El MacBook Pro se conecta incluso a la red por cable a través del puerto LAN integrado en el monitor. El monitor sustituye así a una estación de acoplamiento. La estación de trabajo Windows de Maschke está conectada al CG2700X a través de HDMI y USB, por lo que el conmutador KVM integrado del monitor garantiza que la tableta gráfica y la webcam conectadas al concentrador USB del monitor estén siempre vinculadas automáticamente al ordenador activo cuando la señal de entrada se enciende en el monitor. "Esto es realmente superpráctico", afirma Maschke con alegría.

Cuando se le pregunta por las características más destacadas de su monitor, Maschke tiene dos respuestas claras: "Por un lado, la nítida y excelente visualización de la imagen, homogénea hasta las esquinas de la imagen, y el amplio espacio de color. Por otro lado, la gestión del color es realmente rápida y cómoda gracias al sensor de calibración integrado", afirma Maschke con satisfacción. Para hacer frente a las diferentes condiciones de iluminación en la estación de trabajo de procesamiento de imágenes, Maschke ha creado objetivos de calibración individuales para diferentes condiciones de iluminación, que puede cambiar con un rápido movimiento de muñeca en el monitor o en la barra de tareas de sus ordenadores. También ha programado su ColorEdge CG2700X para que recalibre automáticamente todos los objetivos de calibración una vez al mes por la noche. 
De este modo, Maschke puede concentrarse plenamente en su trabajo creativo real en el ordenador, sin tener que preocuparse del mantenimiento técnico de su cuarto oscuro digital, y sigue teniendo la certeza de que las imágenes que entrega tienen realmente el aspecto que él pretendía, independientemente de si llevan su inconfundible firma #MSCHKY o tienen exactamente el aspecto que le encargó el cliente.