La gestión del color es un tema importante para los fotógrafos. Si no se tiene en cuenta, para empezar no se echa de menos. ¿Por qué hay que preocuparse por ello? Muchos fotógrafos no son conscientes en absoluto de que las imágenes no se muestran de la misma manera en todos los dispositivos de visualización digital, también conocidos como monitores. El mismo archivo puede verse completamente distinto en un portátil que en un monitor del trabajo, por ejemplo. Y por la noche, en el sofá, en la tableta, lo que se visualiza vuelve a tener un aspecto completamente distinto. La razón es la falta de gestión del color.
Gestión y calibración del color
Gestión del color para fotógrafos
¿Qué es la gestión del color y por qué es necesaria?
Como fotógrafo, la falta de gestión del color suele notarse en las dos situaciones siguientes: A menudo le preguntarán por el hecho de que sus imágenes en la web son siempre demasiado claras, demasiado oscuras, demasiado coloridas o demasiado contrastadas. O imprime sus fotos por primera vez y se decepciona al ver que la impresión final se desvía más o menos de la visualización del monitor y, por tanto, de sus propias expectativas.
Pero lo que causa exactamente las desviaciones en la visualización de la pantalla y la salida de la imagen en la web o en papel no está claro de inmediato. Peor aún: las innumerables opciones de configuración en los programas, el monitor o incluso la impresora confunden más de lo que ayudan.
Sam Jost, autor del libro "Gestión del color para fotógrafos", ofrece una amplia visión general del tema -y, por supuesto, numerosos consejos útiles- en una serie de 12 partes como autor invitado en nuestro Conocimiento práctico.
Las consecuencias de un vistazo
Acerca de Sam Jost
Ya de niño, a Sam Jost le encantaban las cámaras y se divertía posando mascotas y haciendo pequeños álbumes con las fotos. En cuanto ganó su propio dinero, se compró una sencilla cámara réflex e hizo fotos en fiestas, festivales, obras de teatro, todo lo que se ponía delante de su objetivo. Él mismo revelaba las fotos. Cuando salieron al mercado las primeras cámaras digitales, quería poder editar sus fotos en el ordenador lo antes posible, lejos de la química fotográfica. Pasaron algunos años hasta que las cámaras digitales se hicieron asequibles. En 2000, compró su primera cámara compacta, pero no empezó a hacer fotos profesionalmente hasta que pudo comprar su primera DSLR en 2004. Desde entonces, se dedica a la fotografía a tiempo parcial, escribe libros y ofrece talleres cuando el tiempo se lo permite.
Sam Jost
